AMORES INOLVIDABLES
Hace dos años realice un viaje de varias horas, por suerte la mayoría de los asientos estaban ocupados y tome alzar uno de los vacíos. Ahí estaba sentada la chica mas hermosa que he conocido, con una linda sonrisa y unos ojos coquetos. Estaba embobado y no quería dejarle de ver. Charlamos bastante para no sentir el viaje, nos asombramos de cuanto éramos afines o lo que podríamos hacer de estar juntos. Luego vino la despedida, le abrace fuertemente no sin dejar de verle su hermosa mirada, sentir su aroma y mirar su mueca tierna cuando sonrió.
Anote en un boleto sus datos y corriendo me aleje sabiendo que tenia que transbordar otros dos buses para llegar a mi destino. De saber que jamás la volvería a ver, nunca le hubiera dejado subirse a ese taxi. Pues sin darme cuenta tire el boleto donde anote su nombre, direcciones y teléfono. Y varias veces he regresado a esa terminal esperando volverla a ver, ojala y de encontrarle pueda contarles el final de este relato.
JOEL M.
Tengo casi sesenta años de edad, durante mi juventud encontré el amor de mi vida pero para esas alturas ya estaba esperando un bebe de otro. Pese a enamorarme de ella y ella de mi, terminamos siendo alguna especie de amigos que por años estuvimos vigilando la vida del otro sin intervenir ni manifestarse. Las décadas pasaron y el amor dentro de los cuerpos envejecidos se conservo intacto, la añoranza fue siempre la misma. Mi esposa murió, mis hijos crecieron y se casaron, y ella sin saberlo siempre estuvo sola. Siendo que en un viaje la volví a encontrar, nos pusimos en sintonía con los últimos eventos de nuestro vivir, ella me confeso que siempre le falte y que de quererla aun estaría esperando para ser felices otra vez. Escribiendo esto, confesare que fui a reencontrarme con ella, la abrace, la bese y le obsequie mis últimos años. Espero que si no son tantos podamos disfrutarlos como nunca antes pudimos.
PEDRO A.
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